Invita a tus consumidores a comprar tu producto o servicio para que se les devuelva una parte del importe gastado en la compra.
Una promesa simple pero muy efectiva y concreta, que tiene numerosas ventajas:
➔ da al usuario la percepción de «ganar dinero» aunque se trate de un descuento diferido;
➔ al ser precisamente un descuento, no forma parte de los eventos de premios; por lo tanto, no implica cargos fiscales para la empresa que lo ofrece.
Estos son algunos ejemplos:
Comprar nuestro curso, Te lo devolveremos ¡El 50% de la cantidad gastada!
Probar nuestro producto, Si no está satisfecho, le reembolsaremos ¡las compras hechas!
En este caso no estamos hablando de regalos: de hecho, esta solución no es uno de los eventos con premios (en los que está prohibido regalar dinero).
Es una promesa muy eficaz, especialmente para impulsar nuevos lanzamientos o para respaldar productos y servicios muy caros. También te permite ofrecer una ventaja de precio a tus clientes sin tener que llegar a acuerdos con tiendas que no son de tu propiedad.
Por lo general, el reembolso se realiza mediante transferencia bancaria a la cuenta bancaria del solicitante, pero también se puede realizar mediante cheque, PayPal, Satispay o efectivo.